miércoles, 17 de febrero de 2016

¿Tienes pubalgia? Ponte brackets…

Ésta es una de las posibles conclusiones que se pueden sacar de mi experiencia en estos tratamientos previos de mi lesión. Otra es que uno puede recabar distintas opiniones, pero después tiene que decidirse por una opción, y ser consecuente con su decisión.

Resumiendo el intervalo que ha transcurrido entre mi lesión y el día de hoy, podemos decir que el día 19 de diciembre me lesiono en un partido de fútbol, que no reduzco mi actividad física (sobre todo correr) como debiera, que veo que no mejoro, a mediados de enero voy al traumatólogo, me manda una resonancia y me da el diagnóstico de pubalgia.

¿Qué es la pubalgia? Viene muy bien explicado en Wikipedia (no podría ser de otra forma: https://es.wikipedia.org/wiki/Pubalgia) y en mi caso afecta al aductor de la pierna izquierda, con afectación ósea en el punto donde se inserta el músculo en el hueso. Es una lesión muy típica de deportistas, y más concretamente de futbolistas (estaba claro, dichoso fútbol…).

Ya me han advertido muchas veces que si compaginas deportes de fuerza velocidad con deportes de resistencia sufres el riesgo de lesionarte. Los movimientos constantes y repetitivos que estoy acostumbrado a entrenar (nadando, pedaleando o corriendo) no se parecen en nada el “latigazo” de un chute al balón. Y más si no has calentado y estirado bien antes…

Pero bueno, dejemos de lamentarnos, ya está uno lesionado, y sólo espera que la recuperación sea rápida. Y entonces viene la noticia: me dice el traumatólogo que me olvide de hacer el triatlón de Sevilla (un olímpico sin drafting que hay el 2 de abril, primero de la temporada peninsular) y que al Ironman de Klagenfurt llego (es a finales de junio) pero que no tendré tiempo de prepararlo con condiciones (esto es obvio, estamos a menos de 5 meses y no puedo correr ni salir con la bici). Me deja hacer bici estática (ni siquiera rodillo) y natación (no a braza, por el movimiento de las piernas). Y pesas en el gimnasio, claro.

Mi fisio de confianza y amigo Ángel me está tratando la lesión desde el principio, y cuando conoce el diagnóstico me pide paciencia pero no es tan pesimista como el traumatólogo.

Un amiguete del club me dice entonces que vaya a ver a su fisio, muy prestigioso y acostumbrado a tratar con futbolistas, y por lo tanto con mucha experiencia en pubalgias. Voy a verle (se lo digo a Ángel, que no piense que le soy infiel) y salgo de allí con un diagnóstico que para nada esperaba: tengo maloclusión (ya tenemos el palabro del día; maloclusión: mal alineamiento de los dientes, es decir, que los dientes de arriba no encajan a la perfección con los dientes de abajo), y esto según me dice afecta al equilibrio, hace que inconscientemente fuerce la mordida, esto hace que incline levemente el cuerpo hacia adelante, esto a su vez provoca que fuerce ciertos músculos de la zona del pubis, y esto me hace proclive a este tipo de lesiones. Me dice que hay que tratarla y curarla, y que después vaya al dentista…

Lo cierto es que el tipo me preguntó si había tenido ciertos problemas relacionados con esto, y salvo dolores de cabeza, el resto de cosas sí que las había sufrido, lo que me hizo pensar que la boca efectivamente podía ser el origen de mis males. Además, bicheando por Internet me encuentro esto: http://madriddental.es/la-odontologia-deportiva-cobra-importancia/

Ojo dentro de este artículo a esta noticia:

Dada es la importancia que está cobrando la odontología deportiva que una mala salud dental, impidió el traspaso millonario de un futbolista. El Milán se echó atrás en su acuerdo por quince millones de euros con el Oporto por el fichaje Aly Ciossokho, tras someterlo a la revisión médica previa a la firma y descubrir una malformación dental, un problema de maloclusión, donde los dientes del maxilar superior e inferior no encajan como debieran al cerrar la boca, lo que podría acarrearle problemas físicos más graves que afectarían directamente a su rendimiento. Los especialistas consideran que esto puede acarrear en el jugador consecuencias de naturaleza ósea y muscular sobre la columna vertebral y pubalgia fruto de una mala postura corporal.

Que es la maloclusión
Diferentes tipos de maloclusión

Total, que comparto esta información con mi gente cercana, pero recibo diferentes inputs que me dan que pensar:

·         Un porcentaje muy alto de la población tiene maloclusión.
·         El cerebro humano se acostumbra, el mío lleva 41 años sobreviviendo con una maloclusión, y tratar ahora de “forzar” un cambio en mi “core” puede ser perjudicial.
·         Llevar tratamiento paralelo con dos fisios (Ángel, el de confianza, y el nuevo que me ha detectado la maloclusión) no tiene ningún sentido.
·         Soy muy viejo para llevar brackets (bueno, ahora hay unos que van por dentro, que no se notan).
·         ¡Melón, deja ya de jugar al fútbol!
·         Y una cosa muy importante, las abdominales. Tener el core fuerte previene este tipo de dolencias. Y esto es algo a lo que nunca he prestado especial importancia.


Conclusión: conozco a mi fisio y sobre todo él me conoce a mí, me he lesionado porque he jugado al fútbol y porque la acumulación de años haciéndolo me convierte en proclive a este tipo de lesiones, no existen remedios mágicos, lo que necesito es paciencia y tratarme la lesión como merece, con unas manos expertas que llevan años haciendo esto, y la pubalgia no es algo que se descubriera ayer.


La frase no soluciona nada pero es un pensamiento que todos hemos tenido alguna vez: “¿Quién decide cuando los médicos no están de acuerdo?” (Alexander Pope, poeta inglés del siglo XVIII).

No hay comentarios:

Publicar un comentario