viernes, 11 de septiembre de 2015

Mi primer (¿y último?) Podio: Triatlón de Mamaia 2015.

Mi gran amigo Dani Prieto lleva casi 10 años viviendo en Bucarest, y lleva casi 10 años diciéndome que a ver si voy a verle. Yo llevo casi 10 años diciéndole que “de este año no pasa, seguro”. Y han pasado casi 10 años para que le visite. Y ha tenido que ser gracias al triatlón, al final hemos tenido que cuadrar un triatlón por su zona para que ya me termine de animar, y el viaje ha merecido la pena. El triatlón en cuestión ha sido el Triathlon Challenge de Mamaia, perteneciente al circuito ETU (Mamaia es una zona de playa muy cerca de Constanza, tipo Puerto Banús).

Llevo varias semanas dándole el coñazo con el tema de la bici, con el tema de la inscripción (he recibido varios mails en perfecto rumano donde no sabía si me decían que la prueba cambiaba de fecha o si me iban a regalar unos calcetines en la bolsa del corredor), con el tema del equipaje (he volado con Ryanair, y a pesar de que pagué maleta extra no llegué a tener claro hasta el final que eso implicaba poder llevar esa maleta además de la de mano), con la logística en general… Dani es un gran tipo y todo eso lo ha llevado sin el más mínimo problema, y lo tenía todo controlado. Por ponerle un pero, a pesar de que sabía que iba a ir a verle desde hace varios meses, esperó a última hora para reservar el hotel, y no nos quedó otra que compartir una romántica habitación con cama de matrimonio, en la que no había ni persiana ni nada que se le pareciera, y en la que a partir de las 5:30 se podía diseccionar una hormiga sin necesidad de luz artificial.

Pillé un vuelo el viernes por la tarde, llegué a Bucarest por la tarde-noche y de allí a Mamaia hay unas dos horas y media. Algo más tardamos porque paramos en una gasolinera a comernos una ensalada de pasta que Dani llevaba ya preparada. Dani ya llevaba la bici en el maletero, y equipaje por si hacíamos noche en Mamaia (era una posibilidad, aunque la idea que tenía más forma era la de volvernos a Bucarest después del triatlón).

La bici era una corrientucha, pero suficiente para hacer 40 km, Venía con pedales, y menos mal que en el stand de Shimano junto a la salida del triatlón tenían herramientas para quitarlos y ponerles los que yo llevaba (que son en los que encajan mis zapatillas, claro). Me veía como el más globero del mundo pedaleando con las zapatillas de correr encima de unos pedales estándar…

Dejamos la bici en su sitio, nos hacemos unas fotos, Dani se encuentra con gente conocida… y mientras hacemos tiempo (mi salida era a las 12:00) nos vamos a la playa (Mamaia es como una lengua de tierra de unos pocos cientos de metros de ancho; por un lado era el triatlón, en una franja de agua que daba a tierra firma, y por el otro estaba el océano). Descansamos en unas tumbonas (en ese momento me da infinita pereza cualquier cosa), nos damos un bañito, y como 40 minutos antes de mi salida nado 5 minutillos para tratar de espabilarme.

Con Dani, con la zona de transición detrás.

Vamos a la zona donde empieza la prueba, y entro en el agua (la salida era desde dentro), y ahí espero escuchando la megafonía, en perfecto rumano, pero entendiendo yo que estaban animando a la peña y avisando de lo que quedaba para salir. Entonces todo el mundo empieza a emitir monosílabos al unísono y yo, que soy un tipo espabilado, deduzco que es la cuenta atrás. Suena un bocinazo y la peña empieza a nadar. Yo me había situado a la derecha del todo, para que nadie me molestara, y esperé unos segundos antes de empezar a nadar, para evitar los continuos golpes habituales del principio de estas pruebas. Además, curiosamente todo el mundo se había situado a la izquierda, y yo, infeliz de mí, pensaba que era quien mejor se había situado para virar la primera boya dejándola a babor (soy hombre de mar, las palabras “boya” e “izquierda” no pueden ir en la misma frase).

Me acordé de Andreu, que me decía que “no puedes ir a un triatlón sin reconocer el circuito”. Qué razón tiene. Yo no sabía nada de nada, ni siquiera que en este caso las boyas había que dejarlas a estribor. Me di cuenta de que no era el más listo sino al revés cuando, unos 50 metros antes de llegar a la primera boya, reparé en que todos la dejaban al lado contrario al que yo pretendía dejarla, por lo que tuve que hacer un giro de prácticamente 90 grados (y unos cuantos metros de más) para meterme en la trayectoria correcta.

Mis dos vueltas no se parecieron mucho...

Sin más complicaciones completo las dos vueltas al circuito en 27 minutos, me salen 1.612 metros, a 1:42 cada 100 metros (sin neopreno, para mí es buena marca).

Salgo corriendo a por la bici y escucho a Dani animar, también a los amigos suyos que nos encontramos un rato antes. Pillo mi bici alquilada, y empiezo a apretar. Me acuerdo de que Dani me dijo que la rueda delantera la había puesto él y que no sabía si estaba muy apretada. También caigo en la cuenta de que no he movido ni un ajuste (ni el sillín, ni nada de nada), pero bueno, ya pedaleé un minutito al llevarla a la zona de transición y parecía todo en orden.

Saliendo del agua.

El circuito era totalmente llano, 7 vueltas de algo menos de 6 km cada uno, con dos giros de 180 grados de ésos que te hacen casi parar (muchos sacaban incluso las zapatillas de los pedales por si tenían que poner pie a tierra). La ida era en ligera pendiente hacia arriba (1-2%) y la vuelta igual pero hacia abajo. Las 4 primeras vueltas las completo a más de 36 km/h, entonces se levanta un poco de viento y bajo a 35,6 de media final, para un tiempo de 1 hora y 9 minutos. Cada vuelta Dani me animaba y disparaba fotos con mi móvil. Gran supporter, Dani. Acabo contento, veo que he pasado a mucha gente, y que me ha pasado muy poca, y cuendo dejo la bici observo que hay muy pocas bicis en la T2 (síntoma evidente de que la mayoría de la gente va por detrás de mí). Además, no me siento excesivamente cansado.

Tras uno de los giros de 180 grados.

Siempre hago alguna cagada en mis triatlones, y éste no iba a ser menos. Pegué un gel y una gominola energética al cuadro de la bici con cinta adhesiva de pintor, y cuando me quise comer la gominola, no salía fácil, entonces pegué un tirón para arrancar la cinta adhesiva y casi me caigo de boca del brusquísimo frenazo que pegó la bici. Resulta que ese cablecito gris alrededor del cual pasé la cinta adhesiva, como por mano del demonio, activa el freno de la bici, por lo que al yo pegar el tirón el efecto fue el mismo que si hubiera apretado fuertemente la maneta del freno. La parte positiva es que he aprendido una lección básica de mecánica.

Dejo la bici y enfilo la interminable zona de transición (fácil, 500 metros) para empezar el circuito a pie, que consta de 4 vueltas de 2,5 km. Aproximadamente a la mitad, un tipo con una manguera y unas chicas repartiendo vasitos de agua. Fundamentales, porque de repente empieza a hacer muuuuucho calor (más de 31 grados) y no había nada de sombra en todo el recorrido.

Mucho calor en la carrera a pie.

Dani se había trasladado al circuito a pie para seguir dándome ánimos, y la segunda vez que paso por delante suya me pregunta que qué tal voy y le digo que regular, que el sol me está machacando. Quería hacer cada km a un ritmo de en torno a 4:05 y no estaba siendo capaz, aunque no por mucho. Veo que casi nadie me adelanta (creo que en la parte a pie sólo me adelantó un atleta) y que yo sí paso a bastantes. De hecho, en la recta final adelanté a un tal Ghica con el que me estuve pasando varias veces en la bici hasta que se me fue por delante.  Al final me salen 43:48, pero en 10,5 km (incluyo la transición), a una media de 4:11. Tiempo total: 2:24:42. Cuando entraba en meta el speaker gritó mucho, y yo sólo entendía la palabra “español” y mi nombre (tal y como puede pronunciar un rumano “José María Azcárate”).

Al poco de entrar yo entra Ghica, me felicita en inglés y me pregunta mi edad, cosa que me extraña bastante. Le digo que 41 y me pregunta que cómo he quedado, y le digo que no tengo ni idea, tampoco termino de entender la pregunta en ese momento. Entonces veo a Dani en la cinta que separa la zona de meta (a la que sólo pueden acceder los corredores) del resto del mundo, y me grita que he quedado segundo. Me lo tomo a cachondeo, pero ante su insistencia me lo empiezo a creer. El speaker había dicho algo así como que “seguro que para el atleta español José María Azcárate ha merecido la pena venir a Rumanía porque ha quedado segundo de su categoría”. Resultó ser cierto, segundo en mi categoría y 13 en la general (aunque en su web aparecemos cambiados el amigo Ghica y yo, tanto en puestos como en tiempos, ahora entiendo por qué me hacía esas preguntas; no sé si se lo tomó como un oprobio -oprobio: ignominia, afrenta, deshonra-  y tuvo que ver algo en el baile de la clasificación, pero oficialmente yo fui segundo, subí al segundo cajón del podio y segundo pone en mi trofeo y en mi diploma).

Total, que aunque pensábamos volvernos a Bucarest, tuvimos que hacer tiempo hasta las 20:30 para asistir a la ceremonia de entrega de premios, que uno no sabe si va a verse alguna otra vez en esta situación. Cuando llegué me di cuenta de que me había dejado la camiseta del FST en el coche (la verdad es que llevaba varias copitas en lo alto, que uno había estado celebrando) y me tuve que pegar una carrera suicida para pillarla y llegar de nuevo a la zona del podio, a la que llegué justo cuando mencionaban mi nombre. Pero no podía subir allí sin mi camiseta del Fitness Sports Triatlón, con sus banderitas de España y de Huelva.

Qué bien me sienta el podio.

Una experiencia inolvidable en todos los aspectos. Gracias, Dani, eres de esos tipos que uno tiene la sensación (más que la sensación, la certeza) de que va a ser un buen amigo para siempre.

A pesar de mi éxito, la frase de este post, en honor a Dani, y para compensarle por el coñazo que ha supuesto para él mi triatlón, va sobre la amistad: "El verdadero amigo es aquél que está a tu lado cuando preferiría estar en otra parte" (Len Wein, historietista norteamericano). Dani, se te quiere.

2 comentarios:

  1. Txema una crónica fascinante y muy graciosa! me gustó muchísimo. Con lo que estas andando este será el primero de muchos podiums!

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  2. Jajaja, muchas gracias, pero no lo veo fácil!!!

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