lunes, 20 de abril de 2015

Crónica del Triatlón de Elche - Arenales de 2015

Por fin llegó el primer triatlón de la temporada, y para comenzar un “half” (distancia medio Ironman, en este caso 1.900 metros nadando, 84 km en bici y 21 km corriendo), en una de las pruebas más míticas del calendario nacional, y con un tramo de carrera a pie matador, con sus famosos tramos de escaleras, cuestas y dunas por la playa.
Mi gran preocupación era que la rodilla no me aguantara (hasta ahora en mis 3 intentos en esta distancia he terminado cojo en 2 y en la otra ni siquiera pude completar la bici) y la rodilla me aguantó (a pesar de que el en duatlón de larga distancia de Soria de hace un mes me dio guerra y no me ha permitido preparar bien Arenales).
Me preocupaba también el hombro, que hace un par de meses se me salió durmiendo y que, además de dejarme asustado de por vida, me ha impedido entrenar en el agua durante un tiempo. El hombro también pasó la prueba.
Pues por partes, a ésta se ha venido la familia, así que recogemos a los niños en el cole el viernes a mediodía y comemos mientras hacemos los primeros kilómetros. Carlos y Pablo degustaron  sendas tortillas, Elena prefirió un bocata de jamón (de Huelva, como no podría ser de otra forma), y a mí me pilló el toro y me tuve que comer de copiloto un plato de paella que sobró de la que yo mismo hice el fin de semana anterior en la comida con mis primos, y que se había hecho fuerte en un tupper en una esquina de la nevera.
Llegamos a media tarde al hotel Express Holiday Inn (que viene a ser como el Hotel Burj Khalifa, pero un poco mejor). Fuera de coñas, el hotel tenía “menos detalles que un Panda” (refiérase esta frase al Seat Panda), pero era barato, de fácil acceso y bien situado de cara a la carrera, así que gracias a Dani por la gestión.
Nada más llegar nos vamos a la zona de la salida a dejar la bici preparada en la zona de boxes, y me llevo mi flamante magnífica “mochila de transición” Zoot: http://www.wiggle.es/mochila-de-triatlon-zoot-ultra-tri-2015/ donde cabe ABSOLUTAMENTE todo lo que necesitas para hacer un triatlón, salvo la bici, claro. Eso sí, no era necesario llevarla porque sólo había que dejar la bici, pero gracias a Dani la estrené dándole un bonito paseo a mis espalda durante un buen rato… Hace un par de semanas no sabía que este complemento existía, y ahora sin mi mochila de transición me siento inerme (Inerme: que está sin armas).

La víspera, dejando la bici

Dejamos la bici (para la próxima me compraré una bolsa de ésas que los demás tenían para cubrir sus máquinas, en mi caso es la primera vez que dejo la bici el día antes y no caí en ese detalle) y me voy a la playa a jugar al fútbol con los niños, que se lo merecen después de los viajes que se pegan (y los que les quedan) acompañando a su padre a sus carreritas. El día pasará a la historia de sus carreras futbolísticas por el escorpión que hizo Carlos tras un medido centro mío (y del que no paró de hablar en el resto del día) y por un par de “paradones” y remates de cabeza de Pablo.
Tras un ratito jugando nos vamos a Alicante a cenar en un italiano. Íbamos Ruth y Dani, Íker y Silvia (increíbles supporters), Hugo (que iba solo), Elena y los niños y yo. Susana e Iván se habían ido a casa.
Tempranito a la cama, que el sábado hay que madrugar. Como siempre antes de una prueba, duermo fatal. No lo entiendo, si yo fuera a disputar la victoria, me tendría que tomar un cubo de Prozac para conciliar el sueño… La verdad es que cualquier cosa me hace dormir mal, y más aún cuando es algo para lo que necesito estar descansado, como era el caso.
Me duermo y me despierto varias veces hasta que a las 5:20 me levanto. En el hotel no empezaban a dar desayunos hasta las 6:00, un poco tarde ya, así que me meto en el baño para no molestar, me siento en el WC (cerrado) y uso la tarima del lavabo a modo de mesa. Mira, alguna ventaja tenía que tener que el baño del hotel fuera tan pequeño… Me tomo un batido de yogur líquido de limón al que eché un plátano para así ser capaz de comerme esta dichosa fruta, que es la única que no me gusta, y la que todos los “expertos” dicen que hay que tomar. El batido me lo hice la víspera en casa, con la idea de meterlo en el minibar del hotel previendo que iba a tener que desayunar por mi cuenta. Claro, lo que no preveía era que las habitaciones no tuvieran minibar… Como llevábamos una neverita en el coche, ahí dejé el batido hasta entonces, y lo acompañé con galletas María a las que unté un poco de mermelada en la mesa-lavabo del baño-comedor. Mal augurio para mi estómago, semejante desayuno…
A las 6:10 había quedado con Dani, pero cuando abrí la puerta de la habitación para salir estaba ya apostado justo a 4 centímetros de la línea imaginaria que separa mi habitación del pasillo, vaya susto me dio el c… (en mi blog no pongo palabrotas porque lo lee mi madre).
Nos metemos en su coche, de nuevo con la macro-mega mochila de flipatleta al hombro, y nos vamos a la salida. Fue bajarme del coche y empezar a dolerme el estómago. Era simplemente dolor, no eran “ganas de nada” (también es cierto que me había tomado un par de Fortasec, medicamentos anti-diarreicos que me han dicho que tome antes de las pruebas de larga duración). Puffff, que bajón, a ver si se me quita. A ver si ese batido hecho 14 horas antes va a tener algo que ver…
Nos ponemos los neoprenos, me dice Dani que me debo echar vaselina “en las partes menos nobles” (no sé por qué las llama así, yo las mías las considero muy nobles), en las axilas y en el cuello; todo ello con un guante de látex. Total, que interpreto su partitura literalmente, y cuando me he manoseado con vaselina toda la parte que está “entre el alcalde y los dos concejales”, me doy cuenta de que no tenía que haber seguido el orden que Dani me mencionó; con los escrupuloso que yo soy, ahora me tengo que extender vaselina por el cuello…
Nos encontramos con Iván, llegan los supporters (todos salvo mi familia, pero ojo que es comprensible, no se me tome esto con un reproche; lidiar con mis hijos a las 7:00 es una historia…) nos tiramos al agua un rato a calentar (aseguro que en Semana Santa en Huelva a las 11:00 estaba infinitamente más fría) y esperamos a que, con algo de retraso, empiecen las salidas.

Con Iván y Dani antes de la salida

Llega la hora de los gorritos naranjas, y allá que voy. Es mi primer triatlón con salida desde la playa, empiezo a correr por el agua pensando en que en cuanto deje de dar pie comienzo a nadar, pero claro, esto es el Mediterráneo, igual puedo llegar a Ibiza dando pie… Veía que los tipos de mi lado iban nadando igual de rápido que yo corriendo, así que seguí así hasta que ya me dio un poco de vergüenza. Empiezo a nadar, tratando de pensar en todo: rolido pa un lao, rolido pal otro, me toco el sobaco, arrastro los deditos, la cabeza hacia abajo, la tetilla apuntando al fondo, un ojo dentro al respirar… Me veía muy poco natural, así que dejé un poco que mi cuerpo “nadara a su bola”, pensando eso sí en hacer los “medios corazones” con los brazos y en mantener la cabeza baja. Salí un poco apartado del grupo para evitar golpetazos, y cuando llevaba 3-4 minutos nadando me da por mirar atrás a ver cuánto llevo ya nadado y veo que la playa sigue cerca, pero sobre todo no veo ningún otro nadador… O sea, que ¡voy último! Bueno, había algún rezagado que iba por fuera de cualquier cosa parecida a una línea recta imaginaria trazada entre la salida y la primera boya, pero nada más. ¿Y para esto llevo yo levantándome a las 6:00 para ir a nadar 5 meses? Vaya bajón. Pensaba que iba mucho mejor en el agua. Bueno, no desesperemos, piano piano, van pasando los metros, adelanto a algunos (pocos), me cogen algunos del grupo de atrás, pillo a alguno del de adelante (de éstos ninguno le va a disputar a Phelps el título de mejor nadador de todos los tiempos) y llego a la orilla 38 minutos después de haberme tirado al agua. Tiempo malo, peor que el que hice en Lisboa cuando aún no sabía lo que era un rolido (que por cierto, es un movimiento que hay que hacer al nadar, y que consiste en girar el torso, básicamente). Me han salido 2.125 metros (y no es que estuviera mal medido, es que soy incapaz de nadar recto, y aquí había una recta de casi 1 km), a 1:49 cada 100 metros.

Saliendo del agua
                                                  
Hago una transición tranquila (4:51, también es cierto que había que correr una distancia importante entre la playa y los boxes), pillo la bici y a rodar. Con la bici me veo muy bien, voy pasando atletas y voy marcando una buena media, todo el rato por encima holgadamente de los 30 km/h. La bici la disfruto, las pulsaciones no me suben, veo que ruedo rápido, y sobre todo, no me duele la rodilla.

Siendo animado por mi legión de fans

Definitivamente, he hecho muy bien en hacer caso a los que saben y ahora ruedo con un desarrollo mucho más suave y dando muchas más pedaladas por minuto. Antes iba siempre atrancado. Además, esta semana pasada me hice un análisis biomecánico de mi posición sobre la bici y de mi pedalada.
El estómago me seguía doliendo, no pensaba comer mucho pero ahora menos (llevaba una barrita energética pegada con cinta que voló, y no quiero decir que me la comiera rápido, quiero decir que se soltó la cinta y la perdí, 2 geles –me tomé sólo uno- y dos gominolas; de beber un bidón de agua que ni toqué y uno de agua con sales del que me tomaría dos tercios).
Un poco antes de la mitad alcanzo a Dani (antes había pasado a Rafa Morán), charlamos medio minuto y sigo para adelante.  En un momento de la prueba me adelanta un tipo e inmediatamente después se me acerca una moto y una jueza me dice que no puedo ir a rueda. “Ya lo sé, pero me ha adelantado hace 5 segundos, no voy a frenar en seco”, y me dice que a la próxima me sanciona. Le increpo para mis adentros y decido adelantar al tipo que me ha adelantado, en las mismas narices de la jueza, pa chulo yo…

Qué bien va la Canyon
La última parte de la bici la hice tratando de echar una meadita sin bajarme de la bici (para eso me iba a valer el agua, para limpiarme después), pero si soy incapaz de hacerlo en un servicio público con otro tipo a mi lado, en esa situación iba a ser imposible… Bueno, si hace falta paro durante la carrera a pie (al final no tuve que parar).
Completo los 83,25 km (según GPS) en unas 2:22 (no sé el tiempo exacto porque se me olvidó parar el reloj), a una media de 35 km/h, muy bien, la verdad. Y la rodilla perfecta.
Dejo la bici, hago una transición mucho más rápida que la anterior y salgo a correr, ya ha llegado mi familia y me insuflan ánimos desde el público. Tenía la idea de hacer en torno a 4:45 cada km, más evidentemente en los tramos de escaleras y dunas, para bajar de 1:53 (ya había hecho mis cálculos y bajando de ese tiempo haría menos de 5 horas, mi objetivo para esta carrera, después del de no jorobarme la rodilla). Los primeros 3 km los hago un poco más rápido (por debajo de 4:30) pero todo controlado, bajo un poco el ritmo a pesar de que no tenía la sensación de aflojar. Me preocupaba, eso sí, coger una pájara (no estaba comiendo todo lo que debiera durante la prueba). Me cruzo con Hugo que va sonriendo, él no sufre como yo. Después con Iván, que va fortísimo. Al ver dónde se daba la vuelta hice cálculos y vi que me sacaban muchísima ventaja. Pero ellos están a otro nivel…
Cruzamos un tramo de playa, muy corto. ¿Éstas son las famosas dunas? Como las escaleras sean como esto, las salto en vez de subirlas… ¡Una mierda pa mí! Al poco rato cogemos un camino de tablas y empezamos a correr por la arena blanda de la playa, ésa donde no se puede jugar al fútbol porque el balón no bota… Duro, pero nada comparado con lo que nos esperaba. Tras pasar de nuevo por la zona donde estaba el público, enfilamos el tramo de escaleras. No sé, como subir 6-7 pisos, diría yo. Me reto a mí mismo: no voy a parar de correr en toda la prueba. La mayoría de la gente sube las escaleras andando. Aguanto corriendo, y cuando llego al final descubro con perplejidad que justo tras las escaleras había una cuesta al lado de la cual el Angliru es un paso de peatones. Pues nada, la corro también.

Por el paseo marítimo

Me cruzo con un par de compañeros del Club La Sagra de Illescas (el club con el que me federé el año pasado en mi primera temporada en esto) y con otros tantos del Fitness Sports Triatlon de Pozuelo (mi actual club, y espero que por mucho tiempo porque estoy encantado). Hay que pasar por las dunas 2 veces más y por las escaleras una vez más. Completo todo sin dejar de correr como me propuse, ya desde hacía un buen rato tenía claro que iba a bajar de las cinco horas salvo problemas de rodilla (que no llegaron), y de hecho me guardé un poquito para apretar al final. En la recta de meta Carlos y Pablo se pusieron a mi lado y entraron en la meta conmigo, el reloj marcaba justo 5:00 aunque yo salí en el minuto 10, por lo que mi tiempo oficial fue de 4:50.

Entrando en meta flanqueado por Carlos y Pablo
Al entrar en meta, el tradicional abrazo del director de la prueba (Ximo), que abraza a todos y cada uno de los triatletas que cruzan la línea de meta (yo no valdría pa eso, ya me da un poco de bajón abrazar a mis colegas to sudaos…).
Está claro que tengo que mejorar en el agua: quedé el 492 en la natación (de setecientos y pico), en la bici hice el 113 y en la carrera a pie el 203, para terminar finalmente en la posición 195.
Me quedé con muy buenas sensaciones, podía haber apretado más pero mi objetivo sigue siendo el Ironman de Vitoria del 12 de julio. Y esto quiere decir que hay margen de mejora. He recuperado a la perfección, con la sensación de que podría hacer otro media hora después.

Tras la prueba, echamos un ratito en la zona de meta (tanto atletas como acompañantes teníamos las pulseritas) nos tomamos unos arroces, bebidas, postres… y dimos por concluida una bonita jornada, con un tiempo espectacular, y en una prueba muy bien organizada y altamente recomendable.

Con nuestras medallas de finishers

La frase: "El hombre no puede descubrir nuevos océanos a menos que tenga el coraje de perder de vista la costa" (André Gide, escritor francés).

2 comentarios:

  1. Me ha encantado la crónica. Me he reído y emocionado. Y me he cansado otra vez con tanto kilómetro y tanto correr, nadar y pedalear... Pero lo hemos pasado fenomenal.

    Enhorabuena y a por el próximo!!!! Besitosssss

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  2. Eres increíble, con tus averías no te vienes abajo. Muy bien. Me gusta q tu familia te apoye y la entrada con Carlos y Pablo es muy entrañable

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