lunes, 29 de diciembre de 2014

¿Entreno mucho, entreno poco...?

Estoy ante un dilema que seguro que se le presenta a mucha gente en mi situación: ¿es bueno entrenar mucho, es mejor dosificar, depende de la altura de la temporada en la que estemos...? El otro día salió el gran Javier Gómez Noya en Enfoque en TVE y se hablaba de que entrenaba 365 días al año: http://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/td1-enfoque-deportistas-251214/2927677/

Yo tengo por un lado al equipo de Triatlón con el que entreno (sobre todo la natación y algo menos el atletismo), en el que el míster manda cada semana una tabla con 10-12 sesiones de entrenamiento semanales (no hay que ser muy ducho en matemáticas para deducir que implica doblar la mayoría de los días), si bien es cierto que nos dice que es una "propuesta de máximos"; estas semanas por ejemplo hacen foco en el running, e implican 4 sesiones de carrera, 2 de bicicleta, 2-3 de natación y 2-3 de gimnasio.

Por otro lado tengo a mi fisio y amigo Ángel, experto triatleta, que me dice que a estas alturas no pase de 5-6 entrenos semanales. Él me va a ayudar a preparar la prueba estrella del año (IronMan de Vitoria en julio) y de hecho también la corre, y me insiste en que un ritmo demasiado exagerado me va a hacer llegar cansado al día D.

Noviembre ha sido el primer mes completo de preparación para Vitoria, y reconozco que igual los entrenamientos han sido demasiado profusos (Profuso: abundante, copioso), y de hecho teniendo en cuenta además que las sesiones las llevo a cabo a primera hora de la mañana (7:15), a la hora de comer (y como en 5 minutos entonces) o a última hora del día, lo cierto es que el mes me ha cansado, y si bien no me encuentro ni mucho menos mal de forma, sí que he bajado el ritmo de entrenamientos.

Sesiones de entrenamiento de noviembre

La realidad es que uno no sabe a qué atenerse, sobre todo cuando cree que ambos "opinadores", a pesar de tener opiniones divergentes, tienen conocimiento y criterio suficiente para dar consejos, y en cualquier caso mucho más que quien suscribe.

Al final he tirado por el camino de en medio, y ni tanto ni tan calvo, estoy entrenando bien, no me estoy cansando demasiado, y espero llegar con fuerza a febrero-marzo, que es cuando de verdad hay que empezar a meter horas.

Ya hay varias pruebas a las que estoy inscrito (los 15 km de Tres Cantos el 11 de enero y la media maratón de Getafe el 25 de enero son los próximos eventos) y he acabado el año con sabor agridulce: tenía en mente los 10 km de Aranjuez para bajar de 40 minutos, y creo de verdad que estoy capacitado para correr esos 10 km en menos de 4 minutos el km, pero la realidad es que corrí con un resfriado del quince (nunca me resfrío, pero cuando caigo malo caigo de verdad) y encima tras haber salido el viernes hasta las tantas y digamos que sin haberme cuidado lo necesario, y aun así me quedé en 40:19, con la sensación de que a nada que hubiera corrido en condiciones habría bajado sin problemas de la mágica cifra (sólo lo conseguí una vez, y fue en la carrera que organiza Marca que va del Bernabéu al Calderón, aúpa Atleti, y que es básicamente cuesta abajo). Pero bueno, ya tengo otro reto para 2015.

Entretanto, y como no sólo de triatlón vive el hombre, aprovecho para contar un "entreno" algo especial que he tenido hace no mucho, y ha sido una sesión de boxeo con el gran Jonathan Maravilla Alonso, evento al que fui invitado (gracias, Luis) y que disfruté mucho.

Directo a la cara


Jonathan dio una interesante charla sobre cómo ha llegado hasta donde está ahora (además de haber competido en unos Juegos Olímpicos, ha dado el salto al boxeo profesional en el circuito de USA, y eso no lo consigue cualquiera) pero además fue un grandísimo ejemplo de lo que es la diferencia entre el deportista profesional y el amateur. Yo he hecho muy poco boxeo y hace mucho tiempo, y además no subía al ring (sólo entrenaba, recomiendo mucho el entrenamiento de boxeo) y él es probablemente el mejor boxeador de España, pero es que en el minuto que estuvimos con los guantes yo ni le rocé y él cuando quería me daba. Y mira que decía "me cubro, ahora aunque quiera no me toca" y no sé por dónde sacaba el brazo que me metía un directo sin verlo venir ni por una milésima de segundo. Fue una experiencia muy divertida y que me hizo reafirmarme en lo que ya tenía claro, y es que el boxeo bien interpretado es un deporte noble y sano como cualquier otro.

Gran tipo, Jonathan Maravilla Alonso


La frase, de Muhammad Ali: "Aquél que no es lo suficientemente valiente como para tomar riesgos no logrará nada en la vida".

1 comentario:

  1. Esta muy bien entrenar, pero prudentemente.
    Eres un as, otro en tu lugar tan pachucho no hubiera corrido. Animo y adelante

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