domingo, 31 de agosto de 2014

Triatlón de Guadalajara

El sábado 30 de agosto de 2014 he participado en el Triatlón de Guadalajara, el más antiguo de España, en su XXIX edición. Distancia "half" (1.900 metros a nado, 83 km de bicicleta y 20 km corriendo). Vamos por partes.
Cuando me inscribo no soy consciente de las "complicaciones logísticas" de esta prueba: la salida es en Pareja, a unos 60 km de Guadalajara, allí se nada, se pilla la bici, se rueda hasta Guadalajara, se pone unos las zapatillas de running y a correr por la ciudad. Yo iba con mi familia, y este recorrido no es el más cómodo para los acompañantes, aunque creo que al final nos lo montamos bien.

Salimos de Madrid como a las 9:30, y llegamos a la pista de atletismo de Guadalajara (donde era la segunda transición) poco antes de las 10:30, hora a la que abría. Dejé las zapatillas de correr y la visera se me hacía raro ver la zona de boxes tan vacía), los niños juguetearon un poco por la pista y alrededores, y salimos hacia Pareja (por el camino di buena cuenta de una buena ensalada de pasta).

Llegamos a Pareja un poco antes de las 12:00, ya estaban en la zona de la primera transición las bicis de los que la dejaron la víspera pero aún no estaban los jueces para dejar la mía. Eché un vistazo y las máquinas que había allí asustaban, estaba claro que en esta prueba el nivel medio iba a ser alto, el 90% eran cabras de gama alta. Yo iba con mi Giant de carretera, la pena es que la cabra Canyon que me regalaron por mi 40 cumpleaños me llegó, por fin, justo la víspera de este triatlón, con un mes de retraso y sin posibilidad de estrenarla en Guadalajara.

Mientras hacemos tiempo Elena y Angi (una amiga que se dedica al mundo del entrenamiento personal, nutrición… pero que no se había sumergido en el mundo del triatlón) van al pueblo a comprar algo para comer, y los niños aprovechan y se dan un baño en el lago. Cuando vienen Elena y Angi se unen a la fiesta, y se quedan haciendo su picnic mientras voy a dejar la bici a la zona de boxes. Charla técnica, y paseíto de 500 metros hasta la zona de salida.

Carlos y Pablo, con Elena y Angi probando el agua


A las 14:00 salen las féminas, y a las 14:05 nosotros. Dan la salida, yo como siempre me sitúo en la retaguardia y empiezo a nadar 5 segundos después de escuchar la bocina. Sin incidencias, un par de manotazos inevitables, alguna patadita pero nada de importancia. Por primera vez en mi corta experiencia en los triatlones disfruto el agua, aunque sé que no estoy bien en esta disciplina (que siempre ha sido de lejos la que peor hago, pero es que además desde primeros de julio arrastro una lesión en el hombro por una caída jugando al fútbol que me ha permitido nadar apenas 4-5 días desde entonces) al menos puedo nadar tranquilamente, el agua está a buena temperatura 24,2 grados oficialmente, obviamente el neopreno no se permitió) y por lo menos por donde yo iba los nadadores no nos entorpecíamos.

Menos aún fui "molestado" en la última recta, de unos 800 metros, pero esto fue porque me despisté y cuando me di cuenta iba nadando 20 metros a la derecha del resto de atletas, a partir de ahí intenté ir en paralelo a ellos (total, los metros de más ya los había hecho) y así al menos no me tenía que preocupar de cruzarme con nadie.

Saliendo del agua, ante los aplausos de Carlos y Pablo


Hice en los 1.900 metros 37:47, mejor de lo que me esperaba pero peor de lo que lo puedo hacer. Salí del agua en el último tercio de participantes, escuché a mi familia pero entre que me quitaba las gafas de nadar y el bullicio sólo vi a Carlos (mi primogénito), pero les escuché a todos. Dejé gafas y gorro, me puse el casco, calcetines y zapatillas y salí corriendo con la bici agarrada del sillín (primera vez que lo hago bien, antes la cogía por el manillar pero esto parece ser que es de "globero"); justo mientras montaba vi a Carlos que se había dado la carrera para darme ánimos también aquí.

La bici la disfruté mucho. El recorrido, según me dijeron algo suavizado respecto al de años anteriores, estaba abierto al tráfico pero entre que pasaban muy pocos vehículos y que había mucha presencia de motos de la organización, ambulancias y Guardia Civil, en ningún momento había sensación de que pudieran darse situaciones de riesgo.

Recorrido muy bonito, con 3 subidas más o menos duras (una de unos 7 km en el km 14, otra de 3 en el 62 y otra de 4 en el 68), cruzando varios pueblos de la zona donde éramos muy animados (mención especial a Yélamos de abajo, donde incluso complementaban los vítores con percusión de bombo), y con varios puntos de avituallamiento donde tanto la organización como los voluntarios se volcaban con nosotros.

Perfil del sector de ciclismo


Me vi bien en la bici, es la disciplina donde claramente más he mejorado (también es cierto que partía de un nivel muy bajo), y ya desde el principio veo que adelanto a unos y me adelantan otros, no tengo la sensación de ir más lento que los que van a mi alrededor.

Al poco de comenzar escucho un "vamos Chema" de alguien que viene por detrás, es el gran Rafa Morán (http://rafuky.com/) que me pasa, y aprovechamos para charlar un rato y darnos ánimos. En los siguientes 30 km nos pasamos 3 ó 4 veces más (pero sin aprovechar para chupar rueda, ¿eh?) y nos da tiempo para comentar, desearnos suerte, darnos fuerzas y citarnos para la paella de después. Y de camino quedamos en volver a citarnos en Correr no es de Cobardes, el programa de Gestiona Radio dedicado al deporte popular y muy especialmente al triatlón, que el lunes 8 de septiembre a las 13:05 comienza su nueva temporada (http://www.gestionaradio.com/programas/correr-no-es-de-cobardes-con-jose-maria-azcarate/#).

Una cosa que me llamó la atención es que los corredores que identifiqué como "más o menos de mi nivel" (es decir, aquéllos que van a un ritmo similar, que te adelantan y al rato tú les adelantas y así una y otra vez, que cuando te pasan no los llegas a perder de vista…) si tenían cabra me pasaban con mucha facilidad bajando o llaneando y perdían terreno subiendo. Esto creo que es una obviedad, pero en mi caso, que nunca he tenido cabra (bueno, ya la tengo pero ni la he estrenado), creo que me va a dar un plus en cuanto empiece a utilizarla.

El tiempo en este tramo fue bueno, no mucho viento, aunque había algunos tramos en los que te frenaba, y otros en los que te impelía (Impeler: dar empuje para producir movimiento), pero lo mejor vino cuando sobre el km 60 comenzó a llover levemente, lo suficiente como para refrescarte un poquito, pero muy lejos de representar el más mínimo peligro.

Me preocupaba mi rodilla pero aguanto sin problemas tos 83 km, hago una media algo superior a los 30 km/h, hago la transición sin problemas (en el estadio estaba mi familia para insuflarme ánimos), me calzo las zapatillas de running y a correr.

Terminando el sector de ciclismo


Tenía claro no apretar (en Lisboa empecé los primeros km a 4:30 y no aguanté), si hago 4:55 de media por km me doy por satisfecho, aunque todo dependía del desnivel, no lo miré con detalle, pero ya me dijeron que era muy duro, así que igual no podía mantener este ritmo pero bueno, intentaría acercarme.

Empiezo bien (4:40 - 4:50 los kilómetros llanos o en bajada, 4:55 - 5:05 los kilómetros cuesta arriba), pero tras la primera vuelta me doy cuenta de que efectivamente el circuito es exigente y me doy cuenta de que no es una prueba para hacer marca (soñaba con bajar de 5 horas en distancia half, en ese momento pensaba que me quedaría cerca pero no lo lograría), y decido bajar un poco el ritmo (entre 5:10 y 5:50 el km, según su dureza).

Pero entonces, justo antes de entrar al estadio para completar la tercera vuelta (es decir, a poco más de 5 km de terminar) me empieza de forma fulminante a doler la rodilla, donde siempre, lo de la condromalacia, y 500 metros después ya sólo podía cojear. Llegado a este punto no iba a abandonar, y además me había marcado el reto de no parar en ningún momento, ni en el agua, ni en la bici, ni en la carrera, así que aunque mi ritmo era de casi 7 minutos el km (los dos últimos km de más), al menos no dejé de correr ni un instante.

Me di cuenta pronto de que ni siquiera iba a mejorar los 5:16 de Lisboa, pero ya me daba igual, sólo quería llegar a la meta, no lo olvidemos, soy un finisher.

Entrando en meta con mis niños


Al final, 5:18:50, con muchos dolores en la rodilla izquierda, nada más llegar, además de hartarme de fruta y de bebidas, me puse hielo, estiré (con ayuda de mis niños), me duché y me di un masaje. Nos quedamos a la entrega de premios y a la paella posterior, donde volví a coincidir con Rafa y me encontré además con Ángel, vecino mío hace unos 8 años, y del que ni sabía que también le daba al triatlón (de hecho, lo hace desde mucho antes que yo).

La paella estaba muy rica, a mí me cuesta cogerle el punto al arroz cuando hago paellas para 6, cómo lo hará esta gente con esas macro-paelleras para 300 personas.

Resumen: triatlón duro y bonito, organización excelente, voluntarios y colaboradores dignos de elogio, y a nivel particular contento en general salvo por la rodilla, me quedo preocupado, el sábado que viene en teoría tengo otro (el X-Mountain en la Casa de Campo), espero poder hacerlo, éste es corto, a ver si la rodilla me respeta). Seguiré intentándolo, con mi nueva cabra tengo que ser capaz de bajar de las 5 horas en un half...


La frase del día: Si te caes siete veces, levántate ocho (proverbio chino).

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