Ahora bien, mi experiencia personal como deportista dejó mucho que desear, si bien terminé (y eso ya es un logro, me remito al título de mi blog), lo hice peor de lo que esperaba, y con la rodilla bastante maltrecha (y este domingo tengo el Villa de Madrid, en distancia Half, bastante más exigente).
Por partes: empezamos saliendo desde dentro del agua (en el embalse de Santillana). Fran insiste en salir desde el meollo (la pesca de los atunes), pero Carlos (debutante) y yo preferimos partir desde la retaguardia. Al final ni lo uno ni lo otro, nos quedamos en segunda fila, pero justo antes de salir avisan de que estamos todos adelantados sobre la línea imaginaria de salida que une las dos boyas, se retrasan todos y nos engullen, antes de darnos cuenta se da la salida y sí, estamos justo en el punto donde no quería estar.
Golpes y más golpes, por encima, por debajo, tragando agua a raudales, sin ver apenas nada por las salpicaduras... y a los 2 minutos recibo un patadón en la cara que me deja medio tonto. Mejor dicho, más que atontarme, me agobia. Carlos, Fran y yo pretendíamos ir juntos, pero tal y como se produjo la salida, a los 10 segundos ya no sabíamos ninguno dónde estaban los otros. Me planteo incluso abandonar, la respiración me cuesta, las gafas las tengo empañadas, el sol me pega en la cara, el neopreno me da un calor asfixiante... Intento parar un poco para relajarme pero me pasan por encima... Busco con la mirada las barcas para plantearme si me quito de en medio y en ese momento pasa Carlos por mi lado. Providencial.
Supongo que en cualquier caso no habría abandonado, pero Carlos me fue de mucha ayuda. "Carlos, me han pateado la cara y estoy híper-agobiado, vamos juntos o yo me retiro". Carlos se pone a mi lado, nadamos un poco de espaldas, paramos, nadamos a braza... Cuando necesitaba un respiro, se lo decía y me esperaba. Carlos, te debo una.
Tras los primeros 500 metros se me pasa un poco el agobio, pasamos la boya de mitad de camino en 18 minutos, y ya no paramos hasta llegar al final (salvo un tramo de unos 20 metros donde cubrían unos 60 centímetros y todo el mundo se ponía de pie unos segundos) y completamos la natación en 31 minutos (mala marca, pero los últimos 750 metros en 13 minutos si se hace más razonable para mí).
Por fin termina el calvario, ahora a disfrutar de la bici. Ya desde el agua me venía molestando un poco la rodilla, raro porque sólo me debe molestar al correr.
Mientras trotamos a la zona de transición Carlos y yo acordamos esperarnos al principio del tramo en bici. Transición relativamente tranquila, salgo con la bici, busco a Carlos con la mirada en su zona del box pero no le veo, salgo de la zona de transición y sigo sin verle, los jueces me apremian para que tira para adelante, y así lo hago, aunque despacito. Al rato veo que Carlos no me coge y empiezo a dudar si no iría por delante. Bueno, ya lo descubriré en cuanto cambiemos de sentido. Empiezo a fijarme en los ciclistas que vienen de frente pero no le veo. Llega el momento de mi giro, y sigo sin verle. O se me ha pasado, o va detrás. Carlos, eres el arcano de este triatlón (arcano: dicho especialmente de las cosas: secretas, recónditas, reservadas). Al final, me lo cruzo pasado un minuto largo (luego le llevo de ventaja unos 3 minutos). Vaya transición ha hecho el cab..., se lo ha tomado con calma.
Después de lo que ha hecho por mí en el agua, tengo que esperarle. Pedaleo a ritmo bajo hasta que me pilla y empiezo a tirar de él. Ha pasado ya la primera vuelta casi completa (de un total de cuatro). Me veo muy bien con la bici, en el agua me he agobiado pero no me he cansado, y la primera vuelta en bici ha sido de paseo. Empiezo a tirar del grupo a ratos y, cada vez que un grupo nos pasaba, me enganchaba a él y me llevaba conmigo a Carlos (éste ha sido mi primer triatlón con drafting, es decir, que se puede ir en pelotón, y me ha gustado).
Completamos la segunda vuelta a un buen ritmo, hemos cambiado de pelotón al menos 3 veces. Antes de terminarla me doy cuenta de que Carlos se me ha quedado. Eso quiere decir que voy bien, porque Carlos debuta en triatlón pero está en forma. De hecho, me adelanta el grupo de cabeza (sé que lo es porque veo en él a Hugo, que terminaría cuarto y primero de su categoría, enhorabuena Hugo) y me pego a ellos (ellos van ya por su tercera vuelta, yo por la segunda) y allí aguanto hasta que ellos van a dejar la bici (es decir, vuelta y media). Incluso me permito progresar al final para saludar a Hugo.
Completo la cuarta vuelta, dejándome ir un poco al final como me habían aconsejado, para no empezar muy cansado la carrera, y llego a la zona de transición para dejar la bici. He invertido 1 hora y 5 minutos, a casi 35 km/h de media, teniendo en cuenta que la primera vuelta la tiré, no está mal. La rodilla me molesta mínimamente, a ver...
Empiezo a correr y esta vez lo hago bien, soy constante en el ritmo, todos los km sobre 4:30, a los 2-3 km me pongo al lado de otro corredor que va como yo y vamos juntos varios km, de hecho comentamos algo de vez en cuando, le voy cantando tiempos... Son 2 vueltas a un circuito de 5 km, con una zona de remojo y 2 avituallamientos en cada vuelta. Al empezar la segunda vuelta me empieza a doler la rodilla, y al completar el km 7 el dolor me hace aflojar mucho la marcha y cojear ostensiblemente. Aguanto para llegar al final aunque probablemente debería haberme parado totalmente, y termino completando la prueba en 2 horas y 28 minutos (44:30 en la carrera). Mucha peor marca de lo que esperaba, y con la rodilla muy, muy jorobada.
Lo bueno es que, al contrario que en el pasado, la rodilla me deja de doler cuando dejo de correr. A ver si es una buena señal, y ya funciona la infiltración de ácido hialurónico que me hizo el doctor Villalón (me tiene que hacer varias).
En resumen, la natación mucho peor de lo esperado, en la bici perdí una vuelta, y los últimos 3 km corriendo los hice a ritmo de abuelita. En circunstancias normales, debería haber hecho 15 minutos menos, ya tengo reto para la próxima...
Con Carlos en el podio
Ahora quiero recuperarme bien y tratar de terminar en Villa de Madrid este domingo, aunque en esta ocasión si veo que no puedo sí que pararé, que al finde siguiente tengo torneo de fútbol en Alemania y allí si que tengo que darlo todo, en eso sí que puedo ganar...
La frase de este post es de Steve Jobs (empresario y magnate estadounidense, fundador de Apple, 1955-2011): Estoy convencido de que la mitad de lo que separa a los emprendedores exitosos de los que no triunfan es la perseverancia.
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